miércoles, 3 de diciembre de 2014

NOVELA

EL DON
CAPÍTULO 21
LA TIENDA DE SEGUNDA MANO

Ricardo cree haber encontrado a su motorista, pero a este no parece haberle hecho mucha gracia y está amenazando a Marta en un bar con una botella de cerveza rota:
- Mira tio, vas a dejarme coger el casco y largarme en la moto o rajo el cuello a tu novia. ¿Tú decides?
Ricardo mirando a Marta a los ojos dijo, al tiempo que sacaba una pistola y apuntaba con ella al motorista:
- Ya lo he decidido, tú te vienes conmigo.
- Vale, tio, tranquilo, ¿qué eres de la pasma? Oye no sé de que va esto pero te confundes de persona.
El motorista soltó a Marta y dejó el trozo de botella en la mesa. Esta respiró aliviada. El motorista dijo:
- Ves, ya está, tranqui tio, voy a donde tu digas.
- Vale, vamos fuera y cogemos un taxi y nos vamos todos a la tienda donde compraste el casco.
- Si tio, pero deja de apuntarme con eso, no vaya a ser, que te veo un poco nervioso colega.
- Vale, pero si intentas algo no me hago responsable.
Los tres cogieron un taxi y fueron a la tienda. Por si el motorista intentaba escapar Ricardo decidió que fuese en medio de él y Marta para evitarle la tentación de abrir la puerta en marcha. Tardaron media hora en llegar. El taxista paró y Ricardo dijo mirando al motorista:
- Amigo, paga tú, porque si resulta que eres el culpable de que Mónica esté en el hospital, encima no te voy a pagar yo el viaje.
- Vale tio, digame cuánto es señor.
- Son 12 euros, dijo el taxista.
El motorista pagó y bajaron los tres. Entraron en la tienda de segunda mano y se dirigieron a un dependiente. Ricardo fue el que habló:
- Mire, se acuerda usted de haberle vendido un casco  a este chico hace como una semana.
El dependiente miró al motorista:
- Mejor digale que si que este tio está majara.
Ricardo le dijo:
- Tú callate o quieres volver a ver a mi "amiga del bar".
El dependiente dijo:
- Si me acuerdo porque me llamó mucho la atención el dibujo que tenía, una luna llena.
Ricardo habló mirando al motorista:
-¿Seguro que se lo vendiste a este tio?
- Si seguro.
Ricardo contestó mirando al motorista:
- Premio para ti chaval, ya puedes irte.
- Así sin más, me merezco una disculpa, ¿no?
- Vale chaval, toma dos euros y vuelve en bus a por tu casco y tu moto.¿Contento?
-Puede que te denuncie.
-Hazlo y volveras a verme y no creo que te apetezca.
El motorista se fue y Marta mirando a Ricardo le dijo:
-¿Qué ya estás contento? Pobre chico él no tenía culpa de nada.
- No, pero miralo por el lado bueno, ya tengo una pista para dar con el motorista verdadero.
- ¿Cuál?
- Es que no te dás cuenta, si alguien trae algo para vender a una tienda de segunda mano tiene que dejar sus datos por sí acaso el material a vender no es suyo. Así que en cuanto me digan quien lo vendió, ya lo tengo.
El dependiente dijo:
- Me temo señor que esos datos son privados y no podemos darselos.
- Eso está por ver, no voy a abandonar ahora que estoy tan cerca.

- ¿Conseguira Ricardo los datos del motorista?

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